Salomé Prada entraba a la Ciudad de la Justicia envuelta en una nube de cámaras y periodistas y entre gritos de los colectivos de víctimas.
Ya dentro, la exconsellera de Interior y Emergencias, solo ha respondido a preguntas de su abogado. Pradas no ha tardado en derrumbarse. Ha roto a llorar y se ha escudado en su inexperiencia para justificar todas las decisiones que se tomaron el 29 de octubre.
Esta ha entregado a la magistrada un listado con alrededor de 100 llamadas que hizo ese día. Entre ellas las del president de la Generalitat.
La exconsellera ha dirimido las responsabilidades en el exinspecctor jefe del Consorcio Porvincial de Bomberos, José Miguel Basset, así como en otros técnicos tanto autonómicos como del gobierno presentes aquel día.
Pradas ha vuelto a reiterar que nadie les avisó de la situación del barranco del poyo y ha negado que el SMS de aviso a la ciudadanía se retrasará por culpa de Mazón. Dice que la tardadanza fue fruto de la falta de acuerdo entre técnicos.