Debido a las fuertes lluvias de septiembre, un talud se desprendió y todavía no se han retirado los restos. Una gran losa de hormigón entró de lleno por la pared del baño de la vivienda del conserje que en ese momento no se encontraba en casa.
Con todo, los vecinos del primer piso también fueron desalojados por precaución y, por ahora, han decidido no volver a sus casas.
Una cinta de la Policía Local mantiene cortado el paso a la zona llena de rocas que permanecen en el mismo sitio donde cayeron.
Una situación que ya preocupaba a los vecinos pero que ahora se ha convertido en miedo por si llueve de nuevo intensamente. El ayuntamiento ha indicado que actuará de oficio para reparar la ladera, pero no ha determinado la fecha.