Las monjas canónigas agustinas que custodian el Monasterio de la Santa Faz han cedido la parte del refectario y la cocina del Convento de la Sangre de Cristo, situado en el barrio antiguo de Alicante.
Desde hace dos años, en colaboración con la asociación de voluntarios para el Desarrollo Sociosanitario Tabarca, reparten menús de Alicante Gastronómica que la gente recogía y se comía en la calle. Desde el pasado lunes podrán también sentarse dentro del comedor del convento para cenar.
De momento se hace un único turno con el horario de siete y media a ocho y media de la tarde para cenar y se atiende a un máximo de sesenta personas por turno, que es la capacidad que tiene el comedor, pero afirman que, si se necesita, se ampliará el horario.
Según calculan las autoridades, solamente en Alicante, hay entre 300 y 400 personas viviendo en la calle. Esto conlleva que no tengan padrón, lo que, a su vez, deriva en muchos más problemas administrativos. En el convento, además de alimentación, se proporcionan servicios médicos y jurídicos para estas personas.
Gracias a estas monjas, sesenta personas sin hogar cenan caliente, cada noche en este comedor social.