La Fundación Chirivella Soriano, en colaboración con el Ayuntamiento de Valencia, ha inaugurado en el Museo de la Ciudad la exposición “Pintura Espanyola. Segona Meitat Segle XX (1980)”. La muestra, que podrá visitarse hasta el 22 de noviembre, está compuesta por 34 obras de la colección de la Fundación Chirivella Soriano, que recorren las principales corrientes y etiquetas de la pintura española desde finales de los años 60, pasando por las décadas de los 70 y los 80, hasta principios de los 90. La segunda mitad del siglo XX es un periodo clave en la trayectoria de los artistas seleccionados, en el devenir de la pintura española y en la configuración del sistema artístico del país. La figuración madrileña, la nueva generación, la generación del entusiasmo, pintura-pintura, o los ecos de la abstracción conceptual, así como individualidades difícilmente clasificables tienen su hueco en la muestra. Unas piezas que, en palabras de Manuel Chirivella, presidente de la Fundación Chirivella Soriano, “son las más importantes de la colección, que podrían colocarse en cualquier museo del mundo”. El recorrido comienza con Luis Gordillo, figura clave del arte contemporáneo español, de quien se muestran obras de principios de los años 70, por ser un artista fundamental en su influencia en las generaciones posteriores. La década de los 80, por su parte, caracterizada por el entusiasmo de sus propuestas, conforma el eje temporal de una gran parte del contenido de la exhibición. La selección recoge artistas de la nueva figuración madrileña y de otros que se unieron posteriormente, con obras de Carlos Alcolea, Manuel Quejido, José Antonio Aguirre, Alfonso Albacete, Miguel Ángel Campano, Juan Navarro Baldeweg, Guillermo Pérez Villalta, Carlos Franco, Rafael Pérez Mínguez, Herminio Molero y Chema Cobo.  El recorrido sigue por piezas que tienden a la abstracción neoexpresiononista, con muestras de José Manuel Broto, Carlos León, Gerardo Delgado y Xavier Grau; hasta neoexpresionistas figurativos como Menchu Lamas, entre otros. La riqueza y la amplitud de la colección de arte contemporáneo de la Fundación Chirivella Soriano permite conocer sus fondos desde muy diversas perspectivas históricas y corrientes artísticas. Pocas veces se ha dado en la historia del arte contemporáneo un caso tan singular como el que se pretende relatar con esta exposición, un episodio fascinante del arte español, en el periodo de la segunda mitad del siglo XX, desembocando en los años de agitación, revuelta, transición a la democracia y su consolidación. A la vista de esta muestra, podemos bascular entre la voz de artistas que en plenos años 60, 70 y 80 seguían viendo en el arte una eficaz hoja de ruta con la que hacer frente a una realidad objetivamente cambiante, y la de determinados y notorios valores emergentes que, ajenos ya a los discursos retóricos y a los grandes proyectos colectivos, apelan a los individuos para hacerles partícipes, ya de forma más personalizada, de una actualidad cada vez más polifacética y multidimensional.