El Papa Francisco ha recibido este viernes al cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en el marco de la visita 'ad lamina'. Junto a él estuvieron los obispos de Cataluña, Baleares y la Comunidad Valenciana, el obispo de Castellón, Casemiro López Llorente, y el de Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, actualmente administrador apostólico de la diócesis, a la espera de su relevo, al igual que monseñor Cañizares, que vivía también la que será su última visita 'ad limina', la tercera de su apostolado. Esta visita a Roma es una cita obligada para todos los obispos católicos y la deben hacer cada cinco años como expresión de comunión eclesial. Cañizares ha asegurado que esta visita "ha sido distinta a las demás" y afirma haber observado "una sintonía que otras veces no se ha visto". En esta ocasión, los obispos españoles trasladaron al Papa numerosos asuntos de la Iglesia en nuestro país, especialmente los desafíos de la evangelización y la lucha contra los abusos a menores. Durante la semana pasada, los obispos visitaron otros organismos vaticanos y celebraron la eucaristía en las cuatro basílicas romanas. La última visita 'ad limina' de los obispos españoles fue en el año 2014 y la pandemia obligó a suspender estos encuentros que se retomaban hace unos meses, permitiendo así la visita al Vaticano de obispos de todo el mundo.