La reforma fiscal anunciada por el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, y su salida del guion que mantiene el Gobierno central es hoy el tema a debate en el panorama político nacional. Los ecos de esta reforma han llegado incluso a la sesión de control del Gobierno, donde los populares han pedido coherencia en sus argumentos.
El presidente de la Generalitat pedía a Sánchez que se penalizará con menos financiación del estado a aquellas comunidades autónomas que bajaran los impuestos. Sin embargo, cuatro días después el Jefe del Consell ha anunciado una bajada de los impuestos y se castiga a sí mismo.
Jaime de Olano, diputado del PP en el Congreso, se ha dirigido a la vicepresidenta tercera del Gobierno, Teresa Ribera, para recriminarle que «ayer el portavoz parlamentario decía no a deflactar el IRPF, pero el señor Puig anunciaba que lo haría, copiando la propuesta del presidente del PPCV». «El mismo señor Puig que hasta ayer pedía sanciones para las comunidades del PP que bajaban impuestos», apuntaba.
«Están ustedes absolutamente solos, dicen ser el Gobierno de la gente y ni siquiera su gente les hace caso», ha concluido.
Por su parte, la vicepresidenta tercera del Gobierno ha replicado que «la mejor manera de responder a la situación es el sistema fiscal, el impuesto sobre el Patrimonio».