El 44% de las masas de agua subterránea en España se encuentra en mal estado, según los documentos de elaboración de los planes hidrológicos de tercer ciclo (2022-2027) presentados por las Confederaciones Hidrográficas.
La cuenca del Júcar cuenta con el 47% de las masas de agua subterránea en mal estado. Un informe de Greenpeace señala que "es en apariencia una historia más de las consecuencias de la apuesta por el regadío intensivo y la falta de control y cumplimiento de las normas".
Cabe recordar que las aguas subterráneas de la cuenca del Júcar tienen gran importancia para el consumo humano.
En la demarcación hidrográfica del Júcar, 38 masas de agua subterránea (36% del total) están en mal estado cuantitativo y 23 masas (22%) en mal estado químico.
Greenpeace advierte que el daño es mayor en las masas de la zona costera, con mal estado cuantitativo, químico o ambos; pero también muchas de las que forman el sistema Vinalopó-Alacantí, como Mancha Oriental y Requena-Utiel, las cuales están sometidas a intensos procesos de explotación.
Por otro lado, en la demarcación del Segura hay 43 masas declaradas en mal estado, el 69% de las 63 en que se clasifica la cuenca. En la cuenca del Segura, 38 masas de agua subterránea (60%) se encuentran en mal estado cuantitativo, mientras que 22 masas (35%) están en mal estado químico.
El informe apunta a que buena parte de lo que ocurre con el agua en esta demarcación tiene que ver de algún modo con el trasvase Tajo-Segura y con el regadío intensivo que propició, tanto por el agua que llegó como por la que no lo hizo.