Una pareja a punto de dar a luz recibe la peor noticia que podría esperar en ese momento: su futura hija no vivirá. Sin embargo, tomaron una decisión que sorprendió y emocionó a los médicos.
A los seis meses de embarazo, una ecografía y pruebas complementarias confirmaron el peor de los diagnósticos. El bebé sufría una malformación genética difícilmente compatible con la vida.
La padre del bebé comunicaron a los médicos que decidían continuar con el embarazo para poder donar los órganos de la pequeña.
Una vez llega a término el embarazo, el diagnóstico se cumple y el feto fallece. Es entonces cuando comienza el complejo trasplante de las válvulas cardíacas con un bebé fallecido horas antes de nacer, algo que ocurría por primera vez en España.