El incendio declarado este jueves en una zona forestal entre Villanueva de Vivier (Castellón) y un municipio de Teruel continúa avanzando con una fuerza desmedida y ya ha quemado entre unas 3.500 y 3.800 hectáreas. 

La consellera de Justicia, Gabriela Bravo, adelantaba esta mañana en el Puesto de Mando Avanzando (PMA) que la tarde y el cambio de meteorología iba a provocar una situación más preocupante y así ha sido.

En declaraciones de Bravo recogidas por EFE, las llamas avanzan dirección Montanejos y ha saltado al barranco. El único mensaje positivo en comparación con los incendios del pasado verano es que, según Bravo, "el fuego no avanza a tanta velocidad".

Así, la tarea de extinción puede ser más sencilla. Pese a todo, para conseguirlo se ha reforzado el dispositivo con medios terrestres llegados desde Murcia, que se unen a los ya desplegados de Alicante, Valencia y Castellón.

Se trata de auténtica pesadilla que están viviendo los vecinos de Montanejos, La Alquería de Montanejos, Arañuel, La Artejuela, Fuente la Reina, Puebla de Arenoso, Los Cantos, La Monzona y los Calpes, localidades de la Castellón y de Teruel que han tenido que ser evacuadas durante las últimas horas por el incendio que avanza sin control. 

Los servicios de Emergencia de la Generalitat Valenciana y el Consorcio Provincial de Bomberos de Castellón investigan las posibles causas del incendio, aunque el principal objetivo sigue siendo frenar el avance de las llamas.

Se trata del peor y primer gran incendio del 2023 y de nuevo, en la Comunidad Valenciana, que empieza a revivir la pesadilla del pasado verano con los incendios que asolaron Bejís y Vall d’Ebo.

La cifra de desalojados ya es de 1.500 y Cruz Roja ya ha avisado de que pueden ser más. 

Además, el perímetro del incendio ya es de 30 kilómetros.