La última semana del mes de julio, La Vila Joiosa arde de fiesta. Las fiestas de moros y cristianos son unas fiestas muy antiguas y muy arraigadas en el municipio. En ellas participan cerca de 4.000 festeros, agrupados en 22 compañías, que protagonizan una serie de actos espectaculares, entre los que destaca uno, único y original en esta localidad, el Desembarco.
Este año las fiestas tienen un valor añadido. Los festeros celebran un aniversario doble: el 60 aniversario de la creación de la Asociación Santa Marta, la entidad que se encarga de organizar las fiestas, a pesar de que las primeras fiestas datan del siglo XVIII. Y el 20 aniversario de la Declaración de Interés Turístico Internacional por parte del gobierno de España.
El programa de actos arranca la noche del 24 de julio con una entrada de bandas, en la que desfilan todas las agrupaciones musicales que van a participar en las fiestas. Participan más de 500 músicos. El acto finaliza con la interpretación del Himno de la Comunidad Valenciana y una mascletá, que marca el inicio de la fiesta.
Este año, con las bandas interpretarán también una marcha mora “Zalé Arraez” del maestro Francisco Lacalle, pieza musical que también cumple 60 años puesto que la compuso el entonces director de la banda Ateneu Musical con motivo de la fundación de la Asociación Santa Marta.
Los días 25 y 26 se celebran los desfiles cristiano y moro respectivamente. Cuando cae el sol las tropas de la media luna y la cruz lucen sus espectaculares trajes desfilando en filá. Participan once compañías y más de 30 bandas de música en cada desfile. Cada compañía luce un boato, pero el más esperado y llamativo es el de la compañía encargada de cerrar el desfile, que ostenta el cargo de Rey Moro y Reina Cristiana, respectivamente cada día.
Este año, los Moros Tuareg ostentan el cargo de Rey Moro, que es Josep Llorca Gomis; y los Contrabandistas, el de Reina Cristiana, María Muñoz Lloret. En este caso se lucen carrozas, caballos, sensuales ballets y espectaculares puestas en escena para recrear lugares exóticos o momentos históricos importantes. El lujo y la creatividad se dan la mano para sorprender al público durante más de tres horas.
El día 27 comienzan los actos en los son protagonistas la pólvora y el mar. Por la tarde se celebra, en la playa centro, el Alijo de Piratas Corsarios y Contrabandistas, cuando desembarcan en la playa embarcaciones cristianas de las compañías Contrabandistas, Piratas, Pescadors y Marinos. Mientras, en la arena, el resto de cristianos hace explosionar los arcabuces.
Después, se realiza la embajada contrabandista en el castillo, instalado sobre la arena de la playa, cuando los Contrabandistas alertan que han avistado cerca de la costa unas naves sarracenas y ofrecen su ayuda a la Reina Cristiana para defender el pueblo del ataque de los musulmanes. A las 21 horas, se organiza un desfile para presentar las tropas de la media luna al Rey Moro y, a continuación, tiene lugar la embajada beduína en el castillo. Esta vez es el ejército moro quien anuncia que está preparado para atacar la villa. Llegada medianoche, nadie duerme. Empieza la noche mágica, un espectáculo de luces, fuegos, truenos, música y arcabuces en la playa centro.
La historia es la protagonista de la noche. Se representan los hechos que acontecieron la madrugada del 29 de julio de 1538 y que fundamentan la base histórica de las fiestas. Según las crónicas, una veintena de galeras atacaron la villa amurallada. Cuando las naves sarracenas se acercaron a la costa y empezaron a tocar tierra los moriscos, se produjo una violenta tempestad en el mar y los moros invasores no consiguieron su propósito de conquistar La Vila. Los vileros consideraron que la Santa del día, Santa Marta, había intercedido por ellos y les había protegido del desgarrador ataque berberisco.
Así que decidieron proclamarla patrona de la ciudad. Este año se cumple 485 años de este nombramiento como patrona.
Ahora, la madrugada del 27 al 28, los festeros simulan aquel momento histórico. A las 5 horas, toque de alarma. Las campanas de la iglesia repican alertando del peligro y las tropas cristianas bajan a la playa por la cuesta del Mar. Mientras los cristianos acampan en la playa, los moros se dirigen al puerto pesquero para embarcar en sus barcas.
Durante toda la noche se realiza un espectáculo pirotécnico en la playa donde no cesan de sonar los arcabuces de los cristianos que esperan en su campamento en la arena. Mientras, 25 embarcaciones moras navegan por delante de la costa, entre los fuegos. Cuando amanece, se produce el popular Desembarco.
Con el primer rayo de sol, el primero en tocar tierra es el Emisario del Rey Moro, representado este año por Vicent Martínez, de los Moros Tuareg, quien le lee un alegato a la Reina Cristiana y le anuncia que su ejército árabe está preparado para desembarcar y apropiarse del pueblo. La Reina Cristiana rechaza el mensaje del Emisario y le comunica que sus tropas no se van a rendir. Así que el Emisario vuelve al mar e indica, con una bandera roja, que la flota desembarque para atacar a los nativos. Entonces empieza el auténtico Desembarco. Los moros saltan de sus barcas y llegan a la orilla donde les esperan los cristianos.
Se trata de un espectáculo único en el mundo, que mezcla la belleza del amanecer con la del mar, la luz de los fuegos de artificio y el sonido de los arcabuces entre más de 3000 festeros. Los moros luchan contra los cristianos, cuerpo a cuerpo, en la orilla de la playa y con el cielo amarillo como telón de escenario.
Tras la lucha, se celebra una embajada en el castillo, ubicado en la misma playa, donde se instala el campamento cristiano, de la que sale victorioso el bando invasor musulmán. Después del típico desayuno de chocolate con churros y de un merecido descanso, por la tarde vuelve la contienda. Vuelven a retumbar los arcabuces y los cañones en la playa. Se realiza otra lucha entre los ejércitos y otra embajada en el castillo en la que los cristianos consiguen reconquistar la villa.
Después, todos los festeros, moros y cristianos, suben juntos a la iglesia para dar gracias a la patrona por su protección y explosionan 21 salvas en su honor.
El día 29 es la festividad de Santa Marta y se celebran actos religiosos, la misa mayor y la procesión en la que la imagen de la patrona recorre las calles del casco histórico a hombros de los festeros de las compañías Moros del Riff y Piratas, quienes ostentarán los cargos de Rey Moro y Rey Cristiano el próximo año. Un espectacular castillo de fuegos artificiales a la una de la madrugada pone el broche final al día grande de la ciudad. El día 30 tiene lugar un concurso de paellas en el que participan las 22 compañías y el día 31 los protagonistas son los niños en el desfile infantil de carrozas.
Estas fiestas son abiertas a todos los turistas que pueden visitar los cuarteles, que están amenizados constantemente por bandas de música. Y los principales actos se celebran en el paseo marítimo, junto al mar, que otorga máxima belleza a la fiesta.
Este año es extraordinario también porque participan como cargos festeros los que habían sido nombrados para ostentar el cargo en 2020. Tras dos años de parón a causa de la crisis del Covid-19, las fiestas se retomaron en 2022 pero los mismos festeros decidieron no se ejercieran los cargos festeros, por lo que en 2022 se celebraron las fiestas de Moros y Cristianos sin cargos festeros y los cargos festeros de 2023 corresponden a los cargos del año 2020.
Respecto a la Asociación Santa Marta, la entidad encargada de organizar las fiestas de moros y cristianos, hasta 1963, las fiestas se celebraban esporádicamente y según la economía de la ciudad. Desde 1964, con la creación de esta entidad, las fiestas se celebran todos los años. La Asociación Santa Marta ha otorgado continuidad, organización y lucimiento a la fiesta, que se supera, año tras año, en espectacularidad, vistosidad y una enorme participación del pueblo y este año cumple 60 años.