Detectar la enfermedad en una fase temprana, cuando el tratamiento quirúrgico es posible, es fundamental para mejorar la supervivencia.
Los síntomas de este tumor dependen de la localización y extensión del cáncer. Los más frecuentes son los cambios en la tos habitual del fumador, la expulsión de sangre con la tos, el dolor torácico, la falta de aire y los cambios en la voz.
Los profesionales médicos recuerdan que abandonar el hábito de fumar disminuye significativamente la incidencia de este tipo de tumor y su riesgo oncológico con el paso de los años.