El 8 de mayo es el Día Mundial de lucha contra el cáncer de ovario. Como en la mayoría de los tumores, el riesgo de desarrollar cáncer de ovario aumenta con la edad, siendo más frecuente su diagnóstico en mujeres mayores de 63 años y raramente detectado en pacientes menores de 40 años.
A pesar de representar solo el 3% de todos los tumores femeninos, este cáncer se sitúa como la quinta causa de muerte por cáncer en mujeres.
Se estima que en 2024 más de 3.716 mujeres serán diagnosticadas con esta enfermedad. De ellas, cerca de 300 en la Comunidad Valenciana.
Desde el Instituto Valenciano de Oncología (IVO) señalan que los casos detectados en estadios tempranos tienen buen pronóstico y en torno al 90% de las pacientes consiguen curarse.
Los síntomas causados por el cáncer de ovario son muy inespecíficos, por lo que las revisiones ginecológicas son vitales para salvar vidas. Sin embargo, hay algunos síntomas que pueden ayudar a detectar este tipo de cáncer, como el hinchazón abdominal por la acumulación de líquidos, la sensación de "empacho" con comidas ligeras, que puede ir acompañado de molestias en la zona pélvica, cambios en el ritmo intestinal y, en pocas ocasiones, la aparición de hemorragias vaginales entre ciclos menstruales o en mujeres menopáusicas. Ante cualquiera de ellos resulta vital acudir a un especialista para realizar las pruebas pertinentes.
Factores de riesgo son la ausencia de embarazos, el consumo de estrógenos en postmenopausia, o la herencia genética. En el momento en que se identifica una carga familiar o genética, se desarrollan programas de detección precoz e incluso cirugías profilácticas.
En materia de prevención, los expertos señalan el uso de anticonceptivos en periodos superiores a cinco años, la lactancia, el embarazo, o la alimentación saludable, como algunos de los factores que pueden ayudar a reducir el riesgo de padecerlo.