La oposición, en muchos ámbitos institucionales de la Comunidad Valenciana y en especial en Valencia ciudad, llevan algo más de un año ensayando cómo ejercer de la manera más efectiva su función. En Les Corts, al no tener escaño la líder del PSPV, la ministra Morant, la labor de control del socialismo valenciano a Carlos Mazón la lleva José Muñoz. Y no es lo mismo. En el Ayuntamiento de Valencia, tras la salida de Sandra Gómez rumbo a Bruselas, Borja Sanjuán ejerce la portavocía con la mirada puesta en la futura candidatura a la alcaldía.

Sanjuán, en una decena de días aproximadamente ha llamado “trumpista” a María José Catalá y “fascista” a Juan Manuel Badenas, el portavoz de Vox en el consistorio. Como consecuencia de ello, el pleno de esta semana, dominado por PP-Vox, ha reprobado a Sanjuán y a la portavoz de Compromís, Papi Robles, con idéntico argumento: haber insultado a los concejales de Vox la semana pasada con la voz “fascistas”. Unos prueban, y los otros reprueban.

Pero por otro lado, también progresa una denuncia de Sanjuán a Badenas en Fiscalía, con la apertura de diligencias por la difusión por parte del voxista de un artículo que atribuía falsamente a un inmigrante un asesinato cometido en Valencia. Sanjuán pide a Catalá la destitución de Badenas. Unos reprueban, y otros siguen probando.