No ha sido un buen miércoles para el Gobierno. Un juez ha pedido al Supremo imputar a José Luis Ábalos. El TSJ madrileño ha desestimado el tercer intento de querella contra el juez Peinado, el que investiga a Begoña Sánchez. María Jesús Montero, que es ministra de Hacienda ha anunciado, eso sí, próximas revelaciones escandalosas del novio de Ayuso. Ione Belarra ha llamado “rentista” a la ministra de Vivienda, y ésta ha contestado que con sus tres pisos no saca para pagar la mitad del chalet de Pablo Iglesias en Galapagar. Teresa Ribera, ahora en Bruselas, ha reconocido el papel de la energía nuclear en la descarbonización. García Page ha dicho que la rebaja de penas a etarras le “repugna”. Puigdemont ha confirmado que va a volver a ser presidente de Junts (porque su sustituta le deja paso libre). Y Álvarez de Toledo le ha recordado a Bolaños que en el Congreso ella es quien pregunta y él quien ha de contestar. Sin embargo, ayer fue un buen día para Diana Morant, ministra y nº1 del PSPV, de las políticas de primera línea menos conocidas de España, porque su remedo de por-qué-no-te-callas al popular Miguel Tellado en la Cámara Baja ha hecho que algunos españoles más se hayan fijado en ella.