Hace un año, los precios eran un 5,9% más bajos que hoy. Así lo reflejan los datos del IPC consolidado para el mes de enero.
El aumento ha sido superior al que se registró en diciembre, que fue del 5,7%. Lo más preocupante, como viene siendo la tónica en los últimos meses, es el incremento en la cesta de la compra, y es que los precios de los alimentos han seguido subiendo a pesar de la bajada del IVA en algunos productos básicos aprobada por el Gobierno.
Si bien es cierto que el pan, las harinas, la leche o la fruta han experimentado un descenso en su precio, otros alimentos no considerados básicos por el ejecutivo y por tanto excluidos del descuento del estado, han seguido subiendo en enero. Resultado: el conjunto de la compra en el supermercado es más cara.
Entre los productos que más han subido, el pescado fresco que cuesta un 4,7% más, el arroz, que ha subido un 3,7% o las pizzas que siguiendo la misma línea cuestan hoy un 5,1% menos. Un dato positivo, la electricidad, otro de los gastos que pesan en el bolsillo del consumidor experimentó una bajada en enero de un 17%. Sin embargo, otros gastos crecieron, como el agua que aumentó un 1,1%, el gas natural que aumentó un 7’2% o los combustibles, que aumentaron su precio al eliminarse la bonificación del estado.
La subyacente, que recoge el precio de todos los productos de consumo a excepción de los productos energéticos y los alimentos frescos, fue del 7,5% interanual, medio punto superior a la registrada en diciembre y la tasa más alta desde diciembre de 1986.