La bajada de impuestos anunciada este martes por el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ha provocado cierto malestar en el Gobierno central. El Ejecutivo tacha de «populismo fiscal» esta actuación que tanto ha promovido el PP y que ahora aplica uno de los principales barones socialistas.
Tras el anuncio de Puig, la portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha pedido a las comunidades autónomas «un discurso fiscal responsable», ya que «la política fiscal no se puede diseñar en abstracto».
Además, Rodríguez, ha argumentado que «cada vez que hablamos de rebajar impuestos está el debate de qué recortar» y ha defendido que «este Gobierno no quiere recortar derechos y prestaciones». Asimismo, ha aprovechado para trasladar que el Gobierno presentará un paquete fiscal con el fin de «atender a las clases medias y trabajadoras», porque «sin justicia fiscal no hay justicia social».
Por su parte, el portavoz socialista en el Congreso, Patxi López, ha mostrado su desacuerdo con el jefe del Consell, manifestando que «las competiciones a la baja no me gustan mucho».
En esta misma línea se ha pronunciado la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que ha rechazado la postura de Puig. «Nosotros denunciamos el vaciamiento fiscal y no es bueno que las comunidades inicien esa espiral porque al final todas se ven obligadas a hacer algo que a veces ni siquiera quieren», ha señalado.
Además, ha recordado que la posición del Gobierno es bastante clara en esta materia. «Las políticas de bajada fiscal donde están llevando la delantera las comunidades del PP provocan dumping fiscal y provoca que otras se vean obligadas a bajar impuestos para no quedar en una posición peor», ha afirmado.
Sin embargo, Puig no es el único dirigente socialista que ha apostado por la rebaja de impuestos. Los presidentes de Extremadura, Fernández Vara, y el de Aragón, Javier Lambán, también se plantean aplicar reducciones fiscales.