Largas colas, esperas de dos horas y casi doscientos mil fieles que han querido dar su último adiós a Benedicto XVI. A pocas horas de que se cierre la capilla ardiente, continúan pasando multitud de personas que quieren despedirse del que durante nueve años fue la cabeza visible de la Iglesia Católica. Entre ellos el cardenal y arzobispo emérito de Valencia, monseñor Antonio Cañizares, que acudió ayer por la tarde a rezar ante los restos mortales del Papa Emérito.
Mientras se ultiman los preparativos para la celebración del funeral, que será presidido por el Papa Francisco en la plaza de la Basílica de San Pedro, a partir de las 09:30 horas del jueves 5 de enero, pero oficiado por el cardenal decano Giovanni Battista Re, debido a los problemas de movilidad que afectan al actual pontífice. Se espera que acudan 400 obispos, entre ellos el obispo de Orihuela-Alicante, don José Ignacio Munilla, además de 4.000 sacerdotes para un funeral casi en su totalidad como el de un Papa Reinante a excepción de que no se tratará de un funeral de Estado debido a su condición de emérito.
Este es el motivo por el que no acudirán jefes de Estado, pero sí distintas delegaciones como la de Italia y Alemania, además de la española que será presidida por la Reina Sofía que irá acompañada del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños.
Cuando hoy cierre la capilla ardiente, se sellará el ataúd de madera ciprés, introduciendo, como es tradición, las medallas y monedas acuñadas durante el pontificado, los palios como arzobispo de Múnich y obispo de Roma y el palio papal.
También se introducirá el llamado "rogito", un cilindro metálico que contiene un pergamino en el que se describe el papado de Benedicto XVI. El féretro se trasladará al atrio de la basílica de San Pedro el jueves a las 8.45, para el rezo del rosario por todos los fieles antes del inicio de la misa.