Con la plaza de San Pedro cubierta por la neblina, miles de fieles se han congregado en El Vaticano para asistir a la misa exequial por el Papa emérito Benedicto XVI y darle su último adiós. Entre ellos, un grupo de alemanes vestidos con el traje tradicional bávaro; región de la que era natural el Santo Padre. 

El Papa Francisco llegaba hacia las 09:20 horas, en silla de ruedas, y se colocaba en el palco, dando inicio a la celebración fúnebre que ha sido concelebrada por unos 130 cardenales, 400 obispos y casi 3.700 sacerdotes.

En su homilía, el Papa Francisco ha recordado la figura de Benedicto XVI y lo ha descrito como testigo del Evangelio. Al finalizar el oficio, los restos del Papa emérito se han trasladado al interior de la Basílica de San Pedro después de que el Papa Francisco le haya dado el último adiós bendiciendo y tocando el féretro.

Se le ha enterrado, por petición propia, en el nicho en el que descansaban los restos de san Juan Pablo II, su predecesor, antes de ser canonizado. 

Al tratarse del funeral de un Papa no reinante no se ha celebrado un funeral de Estado, por lo que los líderes políticos e institucionales que han acudido lo han hecho a título personal. La delegación española ha estado presidida por la reina emérita, doña Sofía, acompañada del ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. 

Entre los purpurados y obispos que han acudido, se encontraban el cardenal y arzobispo emérito de Valencia, don Antonio Cañizares, y el obispo de Orihuela-Alicante, don José Ignacio Munilla.