La intervención de Mazón en el debate estuvo estructurada en cuatro partes: críticas al Botànic, balance de su primer año al frente de la Generalitat, propuestas para los próximos meses, y críticas al Gobierno. Lo previsible.
Y sin embargo, también hubo detalles novedosos. Como la advertencia de que le quedan tres debates más de estas características. Un poco a lo Pedro Sánchez, que constantemente recuerda que hay Gobierno para tres años más. A Vox lo citó, pero sin añadir más que una especie de saludo. Como a À Punt, para la que los cambios deben estar ‘a punt’ de caramelo, se barruntan en Burjassot. Curiosamente los dos presidentes, Sánchez y Mazón, carecen de mayoría que les garantice tres debates más.
En el capítulo de críticas al Botànic, y siguiendo con los números, se ve que a Mazón le gusta lo del ‘cero’: el Botànic hizo cero viviendas, agilizó cero trámites, cero infraestructuras del Plan Convivint, cero en depuración de aguas, cero residencias públicas para mayores… Mazón lo resumió con que “ocho años dan para mucha incompetencia”, con que “las pancartas no salvan vidas”, con que “el Botànic fue la precuela del Gobierno” de Sánchez, y con que “queda en la conciencia” de quienes la han tenido parada los diagnósticos no realizados por la máquina de protonterapia donada por Amancio Ortega hace tres años.
En los anuncios, bajadas de impuestos sin merma de recaudación, ayudas a todo tipo de familias, y blindaje de la universalización de la gratuidad educativa. Y en las críticas, la inexistencia de la Comunidad Valenciana para los 22 ministerios de Sánchez, y la demanda de un frente común para reivindicar financiación, agua, infraestructuras… y la deuda, pero sin “privilegios, cupos y singularidades”. Mazón, por cierto, acudió al debate afeitado, tras varias semanas luciendo una barba que, según confesó públicamente hace unos días, su hija iba a decidir si se la dejaba o no, pero antes del 9 de octubre. Y ya conocemos su decisión. La de la hija.