Quantcast

Directo

Television

Dos cucharadas de la misma ‘Medicina’ universitaria 27 años después

  • Vicente Climent
  • Publicado: 12/09/2024
  • Actualizado: 13/09/2024 · 11:17

1996: Zaplana se lleva Medicina de Alicante a Elche; 2022: Puig aprueba otra Medicina para la UA; 2023: la UMH recurre; 2024: Carlos Mazón pide un campus único.

Antes de que este país tuviera un tribunal con etiqueta de conservador, el Supremo, y otro con la de progresista, el Constitucional, un access prime time crítico con Sánchez, El Hormiguero, y otro impulsado por Sánchez, La Revuelta, Alicante tenía una universidad enemistada con el PP, la de Alicante, y otra amigada con él, la de Elche. Es un planteamiento muy simplista, lo sé, pero no por ello incierto, que sirve para entender cómo están las cosas a día de hoy en el mapa universitario de la provincia de Alicante, con permiso de las privadas.

Centrándonos en ese mundillo, la Miguel Hernández nace en tiempos de Eduardo Zaplana con la Facultad de Medicina hasta entonces de la Universidad de Alicante como núcleo fundacional junto a otros dos estudios de rango menor. La UA, con el rector Andrés Pedreño defendiendo su autonomía universitaria a capa y espada, contribuyó a incendiar el mundo universitario en toda España. Zaplana, al frente de la Generalitat, en defensa de sus competencias en materia educativa, no se quedó atrás. Y el punto álgido fue la inauguración de curso del 96-97 en la UA, en la que Pedreño negó el uso de la palabra a Zaplana, que salió del acto airadamente ipso facto. Toda la izquierda hizo causa común con Pedreño, y, por supuesto, toda la derecha cerró filas con Zaplana.

Han pasado 28 años, y Medicina vuelve a estar en el punto de mira político. Ximo Puig, siendo president, recuperó en 2022 esos estudios para la UA sin quitárselos a la UMH con el argumento de que no nos sobran médicos. El año pasado la UMH recurrió la medida con el apoyo del PP porque albergaba dudas sobre la capacidad de financiación del grado, de contratación de profesores y de realización de prácticas para el nuevo Grado. 

Y ahora, con el nuevo president, Carlos Mazón, desmarcándose del recurso de la universidad con sede principal en Elche pero abogando por un campus único provincial ‘sumatorio’ para los estudios de la salud con títulos firmados conjuntamente por las dos universidades, se recrudece el conflicto entre los dos centros públicos alicantinos y los dos partidos políticos fundamentales de esta Comunidad.

Mazón el pasado martes se quejaba de que la rectora alicantina, Amparo Navarro, no quería sentarse para buscar una solución consensuada. Porque a su juicio la UA no va a tener apenas hospitales para que sus alumnos hagan prácticas, en referencia a una ley de 1983 que sólo permite que los hospitales puedan conveniar las prácticas con una única universidad. Y la UMH estaba antes.

La rectora alicantina contraargumentaba que hay excepciones, como las de la Universidad Católica y la Universitat de València, o como pasa con la UMH para Medicina y la UA para Enfermería: basta con que las universidades se pongan de acuerdo y compartan. Y además asegura que no sabe de qué va el proyecto ‘único’ de la Generalitat. Por su parte el PSPV de Diana Morant apoya a la UA en todos los sitios que puede, y la UMH elude compartir espacio con la UA todo lo que puede.

El inicio de curso en la UA ha sido el último ejemplo: no han ido ni el president de la Generalitat, ni el de la Diputación, ni el alcalde de Alicante, ni el rector de Elche, pero sí todo aquel de izquierdas en la Comunidad que estaba disponible, empezando por la ministra Morant. La excepción en el PP ha sido el conseller de Educación, que por cierto es de San Vicente del Raspeig, el término municipal en el que nació la UA y está su rectorado. José Antonio Rovira aseguraba que el Botànic había hecho un flaco favor a la UA autorizando un Grado sin asegurar las prácticas a sus alumnos; la ministra Morant culpaba al PP de la “angustia” que vive hoy la UA; y la rectora Navarro, en su discurso de apertura de curso, reconocía que era el más difícil que había tenido que pronunciar en cuatro años. Seguro que en su cabeza resonaban los ecos del que pronunció Pedreño hace 28 años, cuando Zaplana cruzó el puente y ambos lo dinamitaron.  

close