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Escándalo en el PSOE: denuncias de acoso desaparecidas y sin resolución

  • Salazar y Navarro: el PSOE vuelve a fallar en la protección de sus militantes
  • Casi 5 meses después, siguen sin resolución
  • La Comisión Antiacoso, en entredicho
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  • Redacción
  • Publicado: 04/12/2025
  • Actualizado: 04/12/2025 · 15:30

La alcaldesa de Valencia ha dicho que el PSOE debe "asumir responsabilidades" y afirma que es un partido al que "no le cabe nada más"

La Comisión Antiacoso del PSOE vuelve a estar en el centro de la polémica tras conocerse que denuncias contra Francisco Salazar, hombre de confianza de Pedro Sánchez, desaparecieron temporalmente de los registros internos del partido. El caso evidencia graves fallos en la gestión interna y deja al descubierto la incapacidad del PSOE para proteger a sus propias militantes.

Denuncias ignoradas y retrasos incomprensibles

Más de cinco meses han pasado desde que la Comisión Antiacoso comenzó a investigar una denuncia similar contra Antonio Navarro, secretario de la agrupación local de Torremolinos, sin que se haya tomado ninguna medida. La denunciante, militante socialista, recurrió finalmente a la Fiscalía de Málaga ante la pasividad de su partido.

Salazar y la memoria borrada del PSOE

El episodio de Francisco Salazar, cuyos expedientes “desaparecieron” temporalmente del sistema informático, muestra la falta de control y la opacidad en un órgano que debería garantizar la protección de las víctimas. No es un fallo aislado: es un patrón que compromete la credibilidad del PSOE y su supuesta defensa de la igualdad y los derechos de las mujeres en sus filas.

La alcaldesa de València alza la voz

En un vídeo reciente, la alcaldesa de València ha señalado que “al PSOE no le cabe nada más” y que “la igualdad no va de barrios”, poniendo en evidencia la torpeza y falta de acción del partido ante casos que requieren atención inmediata y procedimientos transparentes.

PSOE bajo presión

La gestión de estas denuncias cuestiona la seriedad del PSOE en la protección de sus militantes y pone en entredicho la actuación de la dirección nacional. La desidia ante los casos de Salazar y Navarro refleja un patrón preocupante: priorizar la imagen del partido sobre la seguridad y derechos de las personas afectadas. El partido se enfrenta ahora a la presión de la militancia, la opinión pública y la justicia, mientras las víctimas buscan respuestas que la Comisión Antiacoso no ha sido capaz de proporcionar.

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