El último compromiso del Villarreal en la fase de grupos de la UEFA Conference League no obtuvo el desenlace esperado para los de Setién. El Submarino caía 3-0 frente al Lech Poznan, a pesar de haber tenido ocasiones sufuicientes durante la primera parte del encuentro para adelantarse en el marcador.

El Villarreal viajaba a Polonia con la tranquilidad de haberse clasificado como primero de grupo. No jugarse nada en esta cita llevó al técnico a rotar gran parte del equipo. Setién apostó por una delantera que incluía a Morales, Jackson y Yeremi Pino; un centro del campo con Manu Trigueros, Morlanes y Coquelin; Jorge Cuenca y Mandi como pareja de centrales; Mojica y De La Fuente para completar la línea defensiva; y Pepe Reina como guardameta.

Durante los primeros minutos del encuentro, Jackson estuvo muy activo, consiguiendo llegar a la frontal y generando peligro. Sin embargo, los intentos no fueron suficientes para atravesar la portería rival y casi a la media hora de partido, el conjunto local daba el primer golpe sobre la mesa. El encargado de mandar el balón al fondo de la red fue Velde, quien remataba desde el área pequeña un despeje de Mandi.

El equipo groget iba perdiendo intensidad y ritmo conforme avanzaba el encuentro. De hecho, la segunda mitad empezó con mal pie. Seis minutos después de volver del descanso, Skoras ampliaba la ventaja para el equipo polaco disparando a puerta vacía tras una contra.

Setién intentó reaccionar sacando al terreno de juego a Danjuma y Alberto Moreno en sustitución de Morales y Mojica. Minutos después, salieron al césped Parejo, Capoue y Kiko, retirándose Morlanes, Coquelin y De La Fuente. No obstante, este soplo de aire fresco no propició una mejora del Villarreal, a quien todavía le quedaba por sufrir un tanto más.

El tercer y último batacazo del encuentro llegaba en el minuto 77. De nuevo era Skoras el autor del gol. El partido quedaba sentenciado y, aunque no había nada en juego para los groguets, los jugadores salieron tocados por la mala imagen que habían dejado en el Estadio Municipal de Poznan.

La otra cara de la moneda la protagonizaba el conjunto entrenado por John van den Brom. Los jugadores no ocultaban su alegría sobre el césped tras haber logrado colarse en el Playoff de la tercera competición europea.