Penúltimo día de campaña ya, y contando las horas. En la vida había visto yo una convocatoria electoral a cuyo final todo el mundo llegue tan cansado y con tantas ganas de acabar como ésta. Y eso se debe en exclusiva a la decisión del actual presidente del Gobierno de citarnos con las urnas en plena canícula y menos de dos meses después de otra convocatoria agotadora, la del 28M.

Conclusión: los ciudadanos están un poquito hartos. Especialmente los que han tenido problemas con el voto por correo, los que harán un desplazamiento extra para votar presencialmente cuando ya estaban fuera de su municipio, y los que saben que les va a tocar estar en un colegio electoral sin aire acondicionado.

En esos nichos Sánchez va a ganar pocos votos. Con razón Feijóo ha anunciado hoy en Valencia que si llega a presidente cambiará la ley electoral para que no se pueda convocar en estas fechas.

Y en cuanto a los políticos, menos los que son sólo de aquí y apenas se están desplazando fuera de su circunscripción, los veo a todos especialmente cansados, entre el calor y los viajes. No es extraño que el líder del

PP se resintiera ayer del lumbago, lo raro es que Sánchez no se vuelva tarumba con tanta ida y venida.

En fin, que ya queda menos, no sabemos para qué, pero ya queda menos. Mucho ánimo a todos.