Estando completamente en desacuerdo con la llamada ‘cultura de la cancelación’ que impide a la gente hablar de cosas que incomoden a ciertas audiencias, me pregunto si es normal que participen en foros públicos personas que defienden postulados censurados por las autoridades competentes europeas. Y estoy pensando en Putin y en sus colaboradores, a los que, pese a todos los boicots y todas las requisitorias penales se les ha dado voz recientemente en determinados sitios. Como la Universitat de València. 

El pasado mes de mayo un consejero de la embajada de Rusia en España, el señor Budaev, fue invitado a intervenir en el marco de la asignatura 'Instituciones Jurídicas de la Unión Europea" que se imparte en el grado de Derecho, según denunció el consulado honorario de Ucrania en Valencia. El ponente atacó "la política económica miope e irresponsable de los países del 'Occidente colectivo'" incluyendo las sanciones por la invasión de Ucrania, y aludió a "la desinformación que los países occidentales usan activamente" contra Rusia, lo que parece rebasar el supuesto marco estrictamente académico del acto, razón por la que se solicitó una investigación a la Conselleria de Universidades del Botànic.

La Universitat como tal se desmarcó de ese acto y lo justificó en la libertad de cátedra, remarcando que ni la facultad de Derecho, ni el rectorado participaron en la organización de este foro, de la que no se sabe nada. Sin embargo la propia embajada rusa publicó que se acudía a esta charla “atendiendo a la invitación de la dirección de la UV”.

La relación de esta universidad con Rusia tiene una cierta trayectoria, fundamentalmente a través del Centro Ruso de la UV, que dejó de funcionar en marzo de 2022. Además, en el listado de medios de comunicación a los que la UV hace seguimiento están RT y Russia Beyond. Con posterioridad a esa fecha de marzo de 2022, la UV renovó el contrato laboral temporal de la profesora visitante Olga Pirozhenko, contrato que acabó el 31 de agosto de este año. Según un correo de la pasada semana del gabinete de comunicación de la universidad, dicha profesora ya no tiene relación contractual con el centro.