En los acuerdos de ayer entre Pedro Sánchez y Yolanda Díaz figuran algunas referencias a la agenda valenciana. Está, por ejemplo, que hay que reformar la financiación autonómica, sin fecha, y que mientras tanto hay que sostener los servicios públicos de la Comunidad Valenciana. Pero no hay ninguna referencia a la deuda, a los fondos de nivelación, ni al derecho civil valenciano. Algo es algo, pero poco es poco.
Entre las cosas que Compromís (que está en Sumar) dijo que serían esenciales para votar la investidura de Sánchez figuraba la paralización de la ampliación del Puerto de Valencia, pero de eso, afortunadamente, tampoco hay rastro en las 48 páginas del documento de ayer. Bueno, según la óptica política de cada cual estos ‘logros’ reseñados y por ejecutar son o no son importantes.
Porque visto el grado de cumplimiento de las promesas de Sánchez y compañía con cosas como los ocho meses que Baldoví arrancó al PSOE para arreglar la financiación (de los que han pasado muchos meses más sin rastro de cumplimiento) tampoco habrá motivo para lanzar ya las campanas al vuelo, digo yo. Máxime cuando todo va a depender de lo que diga Puigdemont, y de si se va a arriesgar a que los radicales de los radicales le llamen ‘botifler’ por apoyar la formación de un nuevo gobierno para España.
Hoy ha trascendido que además de la amnistía y de las pelas que son consustanciales a cualquier demanda catalana, Junts también va a exigir el reconocimiento de la nación catalana. Algo intolerable según el socialista García-Page. Vamos a ver si llegado el caso él lo tolera en el Congreso de los Diputados con sus votos manchegos.