La Universidad de Valencia es, de las de la Comunidad Valenciana, la que más cosas raras hace. Una de las más recientes es dar cobijo a una mesa redonda “en defensa de la amnistía”, convocada por una asociación de alumnos catalanistas, y con el exconseller catalán Raúl Romeva (al que presentan como expreso político) como ponente principal. Eso, en la Universidad de Valencia.
Yo le veo al asunto dos objeciones serias: que la mesa sea “en defensa de la amnistía” y no “un debate” sobre la legalidad de la amnistía, y, desde luego, que una institución pública tan importante, que se nutre de fondos de todos los valencianos a través de la Generalitat, presente a un delincuente como Romeva como un “expreso político”. ¿Hay presos políticos en España? En Rusia sí.
Y vamos a la segunda cosa rara de la Universidad de Valencia, la nueva contratación de la profesora Olga Pirozhenko, esta vez ya no como profesora visitante rusa sino por concurso. Activistas del entorno universitario y representantes ucranianos en España llevan tiempo denunciando que esta señora tenga vínculos con la Universidad de Valencia a pesar de las sanciones internacionales, ya que al parecer es también empleada de la academia presidencial rusa de economía nacional y según esas fuentes fue la facilitadora de los pasados convenios de la Universidad con entidades próximas a Putin.
De hecho la Universidad ya ha recibido la solicitud formal de información sobre el régimen de incompatibilidades y su eventual aplicación a esta profesora rusa.