Fuera parte lo de Ximo Puig y la falta de peso del oficialismo socialista valenciano en La Moncloa, un primer análisis de los componentes del nuevo Gobierno revela que tampoco Sumar pone valencianos en el gabinete.
Madrileños sí. Madrileña. Mónica García, que huye de hacerle oposición a Díaz Ayuso como huían a la menor oportunidad los portavoces socialistas del Ayuntamiento de Valencia del contacto diario con Rita Barberá.Compromís dice que no jugaba a sacar ministros. Jugar sabiendo que vas a perder ha sido siempre una tontería. Bien por Compromís.
A ver, igual en el segundo escalón nos llevamos una grata sorpresa y a algún valenciano le cae algo de peso con lo que hacer patria. Lo que va a llevar entre manos la ministra Morant, pesar, pesar, lo que se dice pesar, no pesa mucho.
Aquí los pesos pesados los tienen los dos negociadores principales con Puigdemont y los demás periféricos, Félix Bolaños (3 en 1; 3 poderes en una persona, como el aceite multiusos) y María Jesús Montero (partido y Gobierno; vicesecretaria y vicepresidenta), que si de verdad negocian (ojalá) y no aceptan sin más lo que les exijan deberían cobrar más que los Marlaska, Robles y demás. Incluidos los dos de Valladolid, Puente y su segunda. ¡Con lo que ha sido Valladolid para el PP, que hasta le llamaban ‘fachadolid’!, ¿se acuerdan? Pues ahora, aprovechando el paso del Pisuerga, pone más ministros que toooooda la CV. ‘Es que había que recuperar candidatos derrotados, Pedro se lo debía. ¿Se lo debía a Puente y se lo debía al canario Torres, y a la balear Armengol, pero no al entusiasta Ximo Puig?
Por cierto, viendo a la nueva ministra navarra de la Seguridad Social más de uno se ha pensado que Sánchez estaba recuperando también a María Chivite. Se parecen tanto… En resumen: que vamos a tener un Gobierno ‘bronco y copero’, con Bolaños reuniendo en su misma persona a los tres poderes del Estado (Presidencia del Ejecutivo, relaciones con las Cortes, y Justicia), y la ministra Pilar Alegría haciendo de portavoz a la vez del Gobierno y portavoz del PSOE. ¿No les parece inquietante?