Los axiomas son esas cosas que, de tan verdad que son, resultan imposibles de explicar. Por ejemplo, ‘El todo es igual a la suma de las partes’, o ‘Un conjunto siempre es mayor que cada una de sus partes’. No hay manera de explicarlo, de tan obvio que es. De la misma manera, es también evidente que si le das trato preferente a una comunidad autónoma respecto de las demás, quiebras la igualdad entre ellas, consagrada en la Constitución.
Pues eso se plantea hacer el Gobierno progresista y de izquierdas de España, privilegiar a Cataluña respecto del resto de territorios. Se lo plantea, porque necesita los votos de Junts. Siempre va a necesitar los votos de Junts porque le da la gana seguir necesitando los votos de Junts en vez de pactar cosas, aunque sea sólo las ‘cosas de Estado’, con el PP. También es cierto que ya hay comunidades privilegiadas respecto de otras. Y pienso en los conciertos económicos que favorecen a vascos y navarros, o en el derecho civil que tienen en vigor otras comunidades y no la nuestra.
Pero hoy de lo que estamos hablando es de favorecer que las empresas se instalen en Cataluña y no en el resto de España, con ventajas fiscales que en otros sitios pueden en cambio llegar a ser sanciones. Si Caixabank o el Sabadell no vuelven a Cataluña, no se descarta que se les multe. Si regresan, se les premiará. Debe ser difícil para un socialista, especialmente para un socialista valenciano, aceptar que nuestra Comunidad sea menos que la catalana.
Ellos, que tanto han criticado a Madrid por su supuesto dumping fiscal a base de bajar impuestos, puede que acaben viendo cómo otra comunidad, Cataluña, ejerce también de aspiradora de recursos ajenos implantando ‘incentivos’ fiscales que el Gobierno valora aprobar. Aspiradora, sí. Y sin necesidad del efecto capitalidad, que cada vez más reside en Waterloo.