El medio ambiente, la defensa del medio ambiente, está cobrando una inusitada actualidad esta semana.

Los incendios en El Saler tienen buena parte de la culpa. Unos incendios que se han multiplicado desde que el concejal de la Albufera es un señor de Vox. Señor que ayer, en unas jornadas sobre humedales volvió a hablar de alarmismo climático para escándalo de los más firmes defensores de un cambio climático al que se responsabiliza, por ejemplo, de la desaparición del invierno.

Pero es que también ayer estuvo en Torrevieja el presidente del Gobierno. Que hizo dos cosas: anunciar más agua desalada (lo que implica también más salmuera para nuestro mar), y hacerlo tras un viaje en Falcon hasta Murcia y en posterior comitiva de doce vehículos por carretera. Dos transportes, por cierto, ecológicamente bien discutibles. Mejor las bicis, claro. Pero según el ministro de Transportes, el Bud Spencer del Gobierno de Sánchez, María José Catalá está eliminando carriles-bici en Valencia a la vez que se carga las bicis que se ve que ya no quieren circular por la calle Colón desde que ésta tiene sus tráficos reordenados.

Y aparte está lo del campo, que así desde luego no es sostenible. Y lo del Tajo. Y lo de la mascletà de Almeida, que dicen que va a afectar a los perros madrileños. No sé.

El medio ambiente, la defensa del medio ambiente, está cobrando una inusitada actualidad esta semana. Es raro, porque aún no hay elecciones a la vista. Pero por algo debe ser.