Antes que nada, felicitaciones a Oltra. Vivir durante casi dos años con la duda de qué puede pasar, por muy inocente que uno se crea, es una tortura que no cabe desear a nadie. Imagínense si en vez de dos años la cosa se alarga trece. Que es lo que le pasa a Francisco Camps, al que le falta una sentencia para quedar tan limpio como Oltra. ‘Wanted only alive’… Camps… y Oltra. Y Marisa Gracia en Ferrocarrils, y Alfonso Novo y otros exconcejales valencianos, y los antiguos dirigentes de RTVV, que también pasaron por calvarios judiciales que quedaron en nada y que previamente espolearon sus rivales políticos.
Aquí nadie puede tirar la primera piedra. ¿Que a Oltra la persiguió políticamente el PP? Claro. Y a Camps Compromís y el PSPV. Pero ¿quiénes echaron a estos dos políticos de los cargos de vicepresidenta y de presidente de la Generalitat por sus presuntas responsabilidades políticas? Pues los suyos. A cada cual, el suyo. ¿Por qué? Porque manchaban. La simple sospecha de una actuación punible manchaba a sus partidos y a sus gobiernos. Ésa es la verdad. Que de tanto querer poner alto el listón lo que se ponía alta era la soga, condenando política y preventivamente por simples sospechas. No en todos los casos, claro, pero sí en muchos.
¿Y ahora quién paga los platos rotos? Pues nadie, quién va a pagarlos. Ahora todos a acudir en auxilio del vencedor. Aunque ayudaran a hundirle.
Resulta conmovedor ver a dirigentes de izquierda como Diana Morant culpar al PP, y, en otros casos también a un eventual ‘lawfare’ en el que supongo que incluirán a Fiscalía, mientras otros dirigentes de izquierda rebuscan en la hemeroteca las negaciones a lo San Pedro de compañeros de coalición y del propio Consell de Oltra, con Ximo Puig a la cabeza. Y pidiéndoles dimisiones. Busquen en el Twitter del exsenador Carles Mulet, por ejemplo, si quieren pasar un rato entretenido.
En cuanto a una posible segunda oportunidad para Oltra en la política, la mismísima Rita Barberá le recordaba a Camps tras su absolución por ‘el caso de los trajes’ que “el agua de los ríos nunca vuelve atrás”.