Los que ya tenemos una edad y estudiamos esa asignatura que en tiempo de Franco llamábamos ‘política’ o ‘formación del espíritu nacional’ sabemos que por entonces el régimen se blanqueaba -como se dice ahora- poniendo negro sobre blanco en los libros escolares de texto que en el mundo había dos tipos de Democracia: la inorgánica, o de partidos políticos, ajena según el discurso de la época a la tradición española, y la orgánica, en la que al pueblo le representaban los sindicatos verticales, las familias, y las entidades, repartidos en tercios.
En la inorgánica hay una Constitución. En la orgánica, siete leyes fundamentales. En la primera hay libertad de expresión, y otras libertades, claro. En la segunda, no. O no del todo. Y no sigo.
Las diferencias entre una democracia plena y una dictadura a la que algunos en sus últimos años llamaron dicta-blanda, son evidentes. Y por tanto todo el mundo sabe que Franco fue un dictador, como todo el mundo sabe que Colón fue un descubridor y que Joaquín Sorolla fue un pintor, independientemente de cuándo murieron. amos, yo creo que no cuesta mucho admitirlo, independientemente de si sus figuras nos causan mayor o menor simpatía, que hasta para eso tenemos ahora libertad.
Pero hablando de liberalidades, manda narices que todo un president (el delantero centro por definición) tenga que hacer de líbero despejando a córner balones con peligro de gol en propia puerta. Ya le ha pasado varias veces esta temporada con algunos de sus laterales, que de vez en cuando suben la banda y se creen extremos.
Eso sí: el valor que tiene en estos casos que salga el líbero a poner orden es que después de conseguirlo nadie le va a poder reprochar nada a su equipo como equipo, porque quien manda, manda.