Decía Loquillo de Elvis que cuando entona siempre emociona. Para los del PP el que entona y emociona es Aznar. Ayer, para abrir un brillantísimo ciclo del CEU sobre la Transición, el expresidente vino a lo que vino: a dejar claro lo que piensa de lo que está pasando en España. Eligiendo bien lo que quería y lo que no quería decir. Por eso no hubo contacto con periodistas en activo, para evitar riesgos. Por eso a Sánchez le llamó “farsante” y no mentiroso, por ejemplo. Aunque también lo comparó con un “caudillo populista” casi “autócrata”.
Aznar, a mi juicio, hizo dos cosas más: una, romper algunos mitos (podía haberlos llamado ‘bulos’), y anunciarle a la izquierda que él ve revanchista que la derecha está esperándole. Me explico. Lo de los bulos: Aznar reprochó a la izquierda que haya vuelto a la dinámica de una Guerra Civil que quiere ganar ahora, y recordó que mientras su Gobierno sí condenó al régimen de Franco, los gobiernos de izquierdas no han condenado el golpe contra la República que protagonizaron PSOE y ERC en 1934. Lecciones de Democracia de la izquierda a la derecha, pocas, vino a decir Aznar, que además recordó -en alusión a ETA- que la sangre del centro-derecha, PP y UCD, ha permitido que algunos estén donde están, en claro reproche a los pactos de Sánchez con Bildu.
Eso, sobre bulos de la izquierda sobre el talante presuntamente poco democrático de la derecha. Sobre avisos: según Aznar, Sánchez ha “declarado la guerra a media España” levantado un muro contra la derecha, como diciendo “vamos a por vosotros”. “Pues aquí estamos”, respondió ayer Aznar, que añadía que “si quieren romper España, habrá muchos que lo evitaremos”, sin explicar cómo tras haber alertado varias veces durante su discurso del riesgo de rotura de la convivencia, y añadiendo un enigmático “quién pueda hacer, que haga”.
Mañana, para el mismo ciclo de conferencias sobre la Transición, vendrá Rajoy. Ya verán cómo no emociona tanto como Elvis a Loquillo.