Tengo verdadera curiosidad por saber qué nos tiene reservado Pedro Sánchez para poder mantener su lucha contra la extrema derecha americana durante la campaña europea. Lo que sí debería haber previsto nuestro presidente (y supongo que así habrá sido) es que Milei no es de los que se amilana. Dirán ustedes, pues con el Papa sí lo hizo. Es verdad. Pero el Papa, lo que representa, no es de este mundo. Y el Papa es argentino. Sánchez tampoco es de este mundo, pero en otro sentido. Y desde luego no es argentino, por mucho que le guste exagerar las cosas. así que vamos a ver cómo termina este duelo al sol en el que tan cómodos se les ve a los dos.
Otra cosa: el expresident Puig, al que tanto le afean que pase más tiempo en la Comunidad Valenciana que en su nuevo cargo en París, se entrevistó el otro día en la mal llamada ‘ciudad de la luz’ con la nieta de Juan Negrín, el político español que regaló a Moscú el oro de nuestras reservas, y del que no son pocos los que hacen juicios críticos respecto del papel que desempeñó en el desarrollo de la guerra civil. Memoria democrática más que sui géneris.
Y otra cosa más. El juicio de Zaplana no lo he seguido al detalle, así que no tengo idea de cómo puede acabar. Pero sí tengo claro que la llamada “prueba estrella” contra él, los llamados ‘papeles del sirio’ no tenían sus huellas, y que tanto el excomisario Villarejo como el autodenominado ‘yonki del dinero’ testificaron a favor del expresident. ¿Qué esos testigos no son creíbles? El tribunal dirá. Pero apriorísticamente y por parecidas razones también podríamos dudar de los testimonios incriminatorios de otros acusados, más directamente interesados por cierto que el ‘yonki’ o Villarejo, que a cambio ya saben que no van a entrar en prisión aunque les condenen.