No me las voy a dar de adivino, pero todo lo que les dije ayer que pasaría en el mitin de inicio de campaña del PSOE en Valencia pasó. Las críticas de Sánchez y Zapatero, Zapatero y Sánchez, contraprogramadas por González en El Hormiguero, giraron en torno al Consell de derecha y ultraderecha valenciano, vivo ejemplo del retroceso en libertades que nos jugamos el 9 de junio. Con la censura en Burriana, la ley de Concordia, y el negacionismo como destellos discursivos. Blanco y en botella. Y nada de Albufera, que eso a la candidata Teresa Ribera no le interesa en una campaña en la que no vamos a oír apenas nada de propuestas. Se va a hablar mucho de pactos, pero apenas de propuestas. Es lo que tenemos en este país.
Por cierto: el PSOE ayer ‘reventó’ el mitin básicamente porque el sitio era pequeño. No es que no fuera gente, pero La Rambleta no es ni Mestalla ni la Plaza de Toros. La otra cosa que les pronostiqué yo ayer era la inminente represalia de Israel contra España por el reconocimiento a Palestina, agravado por las palabras de Yolanda Díaz imitando lo que los árabes dicen de eliminar a los israelíes ‘desde el río hasta el mar’.
Como nadie del Gobierno ha desmentido ni matizado a la vicepresidenta, hoy Israel ha anunciado el corte de relaciones del consulado español con los palestinos, que es una mala manera de empezar unas relaciones con un más teórico que real nuevo Estado. Y ojo, porque además una diputada israelí ha pedido debatir la independencia de Cataluña, País Vasco, Galicia, Andalucía, Aragón, Canarias, Baleares… y Comunidad Valenciana. Esta diputada es aliada del gobierno israelí. O sea, más o menos como Sumar del PSOE.
Decía anoche Felipe González que no es lo mismo gobernar que estar en el Gobierno. Y en nuestro Gobierno parece que hay más de uno que en vez de gobernar nos ofrece el más contraproducente de los desgobiernos.