Son tres de extrema derecha, sí, pero que contra la absolución de Mónica Oltra presentaran recurso Vox, José Luis Roberto y Cristina Seguí no es motivo para que los magistrados no hayan considerado parcialmente estimables sus apelaciones dando el paso previo al auto de procesamiento de la exvicepresidenta del Consell. Ah, y que la Audiencia absolviera a otros políticos de otros partidos en otros casos muy comentados no es una razón válida para que haga lo mismo ahora con Oltra. Esto no va de exonerar al mismo número de personas de derechas que de izquierdas, cada caso es cada caso, por mucho que Compromís denuncie ahora en redes la “tortura” de Oltra.
Según la Audiencia de Valencia "no puede descartarse claramente la existencia de infracción penal" en el trato dispensado a la menor que sufrió abusos del exmarido de la exvicepresidenta cuando la niña estaba tutelada por la Generalitat, por lo que, según informa el TSJ, hay "indicios suficientes para encausar a los investigados”. O sea, que previsiblemente habrá juicio, con Oltra en el banquillo, a pesar de que el juez instructor no apreciara delito, sino "meras sospechas, conjeturas o elucubraciones". La causa ha estado archivada provisionalmente desde abril.
Bueno, pues vamos a ver en qué queda todo, pero de momento a Oltra le han estropeado lo que quiera que estuviera tramando en pleno declive de Sumar, de lo que seguramente daba pistas una foto reciente, posando con el exsocialista ontinyentí Jorge Rodríguez y la exconsellera comunista Rosa Pérez Garijo. Todos con ganas de hacer cosas en política más allá del pueblo de cada uno, especialmente ahora que, en tiempos de seguir dándoles cosas a Cataluña que se niegan al resto, los socialistas de aquí están dirigidos por una ministra de allá; y en tiempos en los que los populares no tienen más oposición efectiva que la de Vox a veces, la del Consell Valencià de Cultura siempre, y ocasionalmente la de algunos presidentes autonómicos que no ven claro eso de la libertad para bajar el IVA.
Con todo esto, me he tenido que dejar para el final la frase del rey ayer sobre la “importancia de ser coherente con los compromisos asumidos, asumiendo incluso el coste personal que ello pueda conllevar”. Quien tenga oídos, que oiga.
