Ahora que estamos con tanto lío internacional (Venezuela, Méjico, Argentina, Israel, Italia, Marruecos) me llama la atención que el Gobierno (en su incansable labor de oposición a los gobiernos autonómicos del PP) haya anunciado una normativa para exigir a los estudiantes de fuera de la Unión Europea que hagan una selectividad previa para poder estudiar en España. Las universidades creen que con esa medida se podría expulsar a unos 6.000 alumnos internacionales al año en la Comunidad Valenciana y, sobre todo, perderemos talento e ingresos que marcharán a otras universidades europeas. La propuesta se conoce justo cuando la Justicia acaba de reconocer a 6 catedráticos del Departamento de Derecho Constitucional y Ciencia Política de la Universidad de Valencia su derecho a recibir las comunicaciones internas de la Universitat de València no sólo en valenciano sino también en castellano, como pasa con las comunicaciones externas. Y por otro lado, el Gobierno también ha exigido a la Generalitat que exija el título de valenciano a los profesores que vengan de otras autonomías, so pena de nuevo recurso al Constitucional de la nueva ley educativa de Mazón. En resumen: que si no vienen alumnos brillantes de fuera de Europa a nuestras universidades, si en nuestras universidades sólo se habla en valenciano, y si a los profesores que vienen de otras partes de España también se les exige valenciano, la Universidad va a perder su principal valor, la universalidad, que siempre ha sido fuente de progreso y conocimiento, y el localismo con tendencia al ombliguismo y la autocomplacencia camparán por sus respetos en nuestros campus.