Con 6 votos a favor y 4 en contra, el Tribunal Constitucional avala la Ley de Aminstía. Una noticia que celebraba el presidente del Gobierno "porque estamos ya cerrando un crisis política que nunca debió salir de la política".
La norma fue la moneda de cambio que permitió Pedro Sánchez tener el apoyo indepedentista para ser presidente. "Ha sido la monenda de cambio para ser presidente despúes de haber perdido las elecciones generales. Es una vergüenza para cualquier democracia", defendía el líder del PP.
Los populares iban más allá y catalogaban todo lo ocurrido de "ejercicio de corrupción política porque con esta ley se compró la investidura de Sánchez y además esta ley la negoció Santos Cerdán que está imputado por corrupción."
El presidente catalán, Salvador Illa, ha pedido al Supremo que se aplique la ley ya.
