Un despiste defensivo del Valencia a los 9 minutos que se terminó convirtiendo en el gol del Rayo Vallecano con el remate de Santi Comesaña estuvo a punto de costarle muy, muy caro al equipo de Rubén Baraja.

Por suerte, el gol se convirtió en la tormenta perfecta para un Valencia que se volcó a por el empate. La ocasión más clara la tendría Justin Kluivert, claro protagonista de la noche, que se topó con el palo de la portería de Dimitrievski. 

Los centros laterales se convirtieron en los grandes aliados del Valencia, aunque no se traducían en peligro real más allá de remates aislados como un de Diakhaby. Solo Kluivert parecía tener la puntería afinada, pero Dimitrievski le negó el gol con una gran estirada ya en la segunda parte. 

Pese a los nervios y a la tensión, el Valencia no se vino abajo y encontró el merecido empate gracias a un penalti por manos de Ivan Balliu que se encargó de transformar Kluivert con una sangre fría tremenda. 

El empate rebajó la tensión de un Valencia que vio cómo el Rayo tendría la última ocasión con un disparo de Salvi Sánchez que tuvo que sacar Mamardahsvili para salvar un punto que sirve para salir del descenso.