La Navidad llegará oficialmente este viernes a Montserrat con el esperado encendido del alumbrado navideño, un acto que el Ayuntamiento ha preparado con esmero para transformar la plaza de la Iglesia en el primer escenario festivo del municipio. La cita tendrá lugar a las 17.30 horas y está abierta a toda la ciudadanía, así como a visitantes de localidades cercanas que deseen sumergirse en el espíritu navideño de la localidad.
El alcalde de Montserrat, Sergio Vilar, ha querido lanzar una invitación pública a través de redes sociales, animando a todos los vecinos y vecinas a “salir a la calle, reencontrarse y compartir la magia de un pueblo iluminado”, en un mensaje que subraya la importancia de la vida comunitaria y la recuperación de los espacios compartidos. Este gesto, más allá de su valor simbólico, pretende convertir la iluminación navideña en un motivo de encuentro, alegría y participación, recordando a cada habitante que la verdadera esencia de la Navidad reside en la cercanía y en los lazos que nos unen.
La tarde estará llena de actividades pensadas para toda la familia. Una tradicional chocolatada popular permitirá a grandes y pequeños disfrutar de un momento cálido y dulce, mientras que una exhibición de gimnasia rítmica añadirá un toque de espectáculo y movimiento que dinamizará la plaza y llenará el ambiente de energía y entusiasmo. Estas iniciativas buscan no solo divertir, sino también crear recuerdos compartidos que permanezcan en la memoria de quienes participen, fortaleciendo así el sentimiento de comunidad.
Con esta iniciativa, el Ayuntamiento de Montserrat aspira a reforzar el sentimiento de pertenencia y a marcar oficialmente el inicio de la temporada navideña con un gesto cargado de luz, convivencia y esperanza. La plaza de la Iglesia se convertirá en un punto de encuentro donde familias, amistades y vecinos podrán celebrar juntos, entre luces, risas y aromas navideños, la tradición que conecta generaciones y el espíritu que hace que cada Navidad sea especial. Es un momento para detenerse, mirar alrededor y valorar la riqueza de lo cotidiano: los encuentros sinceros, la alegría compartida y la ilusión que solo la Navidad puede despertar en todos nosotros.