Dos agentes de la Policía Local recibieron una brutal paliza este domingo en Guardamar del Segura (Alicante) cuando realizaban una detención. Familiares y amigos del arrestado comenzaron a propinarles insultos, pero la tensión fue a más. 

Los agentes fueron agredidos cuando decidieron hacerle un test de alcoholemia a un hombre que había estacionado de forma incorrecta su furgoneta en la vía pública. 

La reyerta se saldó con tres detenciones y uno de los agentes ha necesitado cuatro puntos de sutura: dos en la boca y dos en la ceja. Las autoridades se encuentran investigando los hechos y, tal y como ha explicado el alcalde de la localidad, "se están recogiendo todas las imágenes y pruebas para documentar todo el incidente y llevar a los autores ante la justicia".