La acumulación prolongada de restos alimenticios hidrocarbonados y el depósito de placa bacteriana constituyen un factor de alto riesgo en la aparición de caries, hipoplasias, descalcificaciones e irritación gingival en pacientes que llevan aparatos.
Las ligaduras elásticas que sujetan los arcos a los braquets son higroscópicas (atraen la humedad), lo cual favorece la acumulación de placa bacteriana en las mismas. El consumo habitual de alimentos muy duros como las semillas tostadas (pipas, kikos), dulces crujientes (turrón), cubitos de hielo o el mordisqueo de huesos de pollo o costillas de cordero facilitan la fractura frecuente de los aparatos.
También la ingesta habitual de pastillas de café con leche, caramelos blandos o chicles muy adhesivos pueden deformar o incluso despegar los aparatos. La ingestión de alimentos excesivamente duros y pegajosos hace que sus restos y partículas se añadan con facilidad a los aparatos.
La incomodidad que ello supone y la consiguiente necesidad de un laborioso cepillado para retirarlos obligan al paciente a moderar su consumo. El chicle poco adhesivo y libre de azúcar no parece tener efectos perjudiciales para la integridad física de los aparatos, incluso en pacientes sensibles al dolor inicial producido por la activación del aparato puede tener un efecto de alivio.
Es importante tener los aparatos limpios y libres de restos alimentarios, especialmente los fibrosos. Por eso, desde la Clínica de Ortodoncia Infantil Canut describen los pasos a seguir y los alimentos que debemos controlar para mantener la correcta higiene y mantenimiento de los aparatos de ortodoncia.
Las fases del cepillado: clave para un buen mantenimiento
El cepillado debe hacerse en dos fases sucesivas. En la primera se hace un cepillado sin pasta dentífrica para una limpieza más enérgica y directa.
Una vez se han retirado los restos alimenticios y la placa bacteriana, se procede a una segunda fase, esta vez con pasta dentífrica fluorada, como complemento final que deja la boca fresca y con un sabor agradable. La operación culmina con un enjuague de flúor concentrado antes de acostarse por la noche.
Existen varios tipos de cepillos diseñados para el paciente de ortodoncia. Su empleo es muy recomendable por la dureza y disposición de las cerdas, que permiten un cepillado más completo y eficiente. Es importante que no sea duro, para no dañar las encías.
La limpieza de las encías es tan importante como la de los dientes. El uso del cepillo eléctrico es aceptable si el paciente está habituado a utilizarlo, pero no es mejor que una buena técnica manual. La ducha irrigatoria (water-pik) está bien como medida de estímulo y masaje de las encías, pero de ninguna de las maneras sustituye al cepillado.
Por definición se aconseja el cepillado tres veces al día, después de las tres comidas principales, pero muchos pacientes hacen la comida del mediodía en el colegio, donde encuentran dificultades para ello. Está comprobado que un completo y minucioso cepillado antes de acostarse es suficiente para proteger la dentadura de la acción nociva de la placa bacteriana y los restos de alimentos.
Lo ideal serían 3 cepillados, pero siempre con tiempo y facilidades para hacerlo. La duración adecuada del cepillado ronda los 3 minutos. Una vez finalizado el cepillado nocturno, el paciente debe comprobar con atención delante del espejo del cuarto de baño que tanto su dentadura como sus aparatos han quedado inmaculadamente limpios.
Los mejores alimentos para los aparatos
La gente joven ama los alimentos dulces por encima de cualquier otra cosa, fundamentalmente porque el sabor dulce es el más agradable que existe en la naturaleza. Es significativo que un niño recién nacido rechace espontáneamente cualquier sabor menos el dulce.
Los hidratos de carbono aparte son los de mayor poder energético y por tanto, los naturalmente indicados para individuos jóvenes y en crecimiento. Prohibir el consumo de alimentos dulces en niños y jóvenes es una pérdida de tiempo, más práctico resulta advertir de los riesgos y peligros que entraña su ingestión continuada y abusiva.
Es mejor ingerirlos durante las comidas que en los intervalos y abstenerse de ellos a partir del anochecer. Comer dulces y bollos endulzados es un placer para el paladar, pero los restos que quedan adheridos entre los dientes y adheridos a los aparatos no producen placer alguno, por lo mejor es retirarlos inmediatamente.