“El Real Madrid es el Real Madrid”. Así definió el entrenador del Villarreal, Quique Setién, lo vivido anoche en la Cerámica en la enésima remontada del equipo madridista.
Y es que el duelo de los octavos de final entre el Villarreal y el Real Madrid tuvo dos partes para cada uno. En la primera, los de Setién sometieron a los blancos, todavía tocados después de la derrota contra el Barça en la Supercopa de España.
A los 4 minutos, el Villarreal encontró el premio con un golazo de Etien Capú, que soltó un latigazo tremendo ante el que nada pudo hacer Tibu Curtua.
El tempranero gol lanzó a un Villarreal que no paró de buscar un gol que llegaría justo antes del descanso después de un pase maravilloso de Gerard Moreno y una definición de puro delantero de Samu Chukuese.
El Real Madrid estaba en la lona, pero en la segunda parte resurgió como siempre. Aprovechando las dudas y los problemas físicos del Villarreal, los de Ancelotti subieron la presión y tiraron de efectividad para recortar distancias con el primer gol de Vinicius.
Era el minuto 57 y los nervios se apoderaron de un Villarreal que encajaría el empate solo 12 minutos después con el gol de Militao. El brasileño mandó a la red el balón suelto tras la parada de Jorgensen y con 20 minutos por delante, el Real Madrid terminó por embotellar a su rival.
Y como ha ocurrido toda la vida, el Real Madrid finiquitó su remontada justo antes del silbato final. Con solo 4 minutos por jugar, Dani Ceballos marcó el tercero y definitivo gol de los blancos con un disparo perfecto al primer toque.
Al final, la decepción se apoderó de una afición amarilla que se centra desde ya en apoyar a su equipo hacia la pelea por estar en la Champions League.