Como si fuera un homenaje al día de la marmota, el Valencia volvió a repetir el mismo guion que estamos viendo durante toda la temporada: una primera parte rozando lo decente y una segunda en la que desaparece. 

Así fue la vida de un Valencia que se dedicó a aguantar el cero a cero en el Bernabéu ante el Real Madrid. De hecho, Mamardashvili ya tuvo que actuar en los primeros minutos después de este disparo de Marco Asensio. 

El Real Madrid no encontraba el hueco y el Valencia era totalmente inoperante en ataque. La única opción que encontraron los de Ancelotti para ponerse por delante fue la del balón parado, pero Alberola Rojas anuló el gol de Rudiger por falta previa de Karim Benzema sobre Yunus Musah.

Todo sucedió justo antes del descanso, siendo el preludio de lo que pasaría después. El Real Madrid se lanzó a por el triunfo y borró del césped al Valencia. En dos minutos, se acabó todo. Primero fue Marco Asensio con un golazo ante el que nada pudo hacer Mamardashvili.

Y solo dos minutos después llegaría el gol de Vinicius Junior, que ganó por velocidad a Paulista aprovechando el desajuste defensivo del Valencia y marcó a placer. 

Era el minuto 54 y el partido ya se había acabado. El Valencia solo tendría tiempo para demostrar su impotencia y su fragilidad mental con una patada fuera de lugar de Paulista sobre Vinicius Junior que le costó la roja directa. 

Un expulsado, ni un solo tiro a puerta y un equipo tocado y casi hundido. Así es la vida de un Valencia que afronta el partido de Girona como una final por la permanencia.