Los padres de la niña de 12 años que fallecía hace dos semanas por peritonitis han tomado medidas legales ante lo que consideran un "homicidio por imprudencia grave profesional".
La familia ha presentado telemáticamente una querella en la Oficina de Registro y Reparto de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Valencia contra los médicos del centro de salud de Viver y del Hospital de Sagunt que atendieron a la menor.
La niña acudió a Urgencias hasta en tres ocasiones por un fuerte dolor abdominal. Sin embargo, no se le realizaron pruebas y fue enviada a casa.
La querella señala que fue el pasado 28 de enero comenzó la menor comenzó con dolores, náuseas y vómitos, por lo que su madre la llevó a Urgencias del centro de salud de Viver. El médico diagnosticó dolor abdominal no específico y mandó que le pincharan Primperán.
Según la querella, la menor debía haber sido remitida al Hospital de Sagunt con la indicación de que se le realizara un análisis de sangre y una prueba de imagen abdominal para conocer si se trataba de una apendicitis aguda.
Tras un incremento del dolor, la mujer volvió a llevar a su hija a Urgencias cuatro días después. En esta visita, la madre asegura que le recriminaron haber acudido de nuevo puesto que se le había indicado que se trataba de un virus y tardaría días en curarse.
Tres días después, el padre se presentó con su hija en Urgencias del Hospital de Sagunt ya que el dolor persistía y la niña apenas podía comer. Allí, una doctora descartó que fuera una patología urgente y le dio el alta.
Al día siguiente, la menor sufrió un desvanecimiento. Por cuarta vez, los padres acudieron a Urgencias. Allí, la menor entró en parada cardiorrespiratoria y tuvieron que realizarle maniobras de reanimación. Los facultativos del SAMU la trasladaron al Hospital Clínico de Valencia, donde falleció horas después.
Ahora, la familia pide responsabilidades y reclama una indemnización por los daños morales causados.