Durante dos horas, la Real Senyera volvía a recorrer las calles de la ciudad de Valencia este lunes 9 de octubre. Una jornada festiva y revindicativa que estuvo caracterizada por el civismo y la falta de incidentes.

Este año, la portadora de la enseña valenciana era la alcaldesa de la ciudad, María José Catalá. Es la segunda ocasión en la que asume esta función en los últimos años, puesto que ya lo hizo en 2019 como portavoz del PP en el consistorio valenciano. 

En la comitiva estaba el president de la Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, que se mostraba "muy emocionado" de participar en un día como este. "A veces las palabras no llegan a demostrar la alegría, el orgullo y el honor de poder estar aquí delante de Jaume I", señalaba a La 8 Mediterráneo.

Una procesión que tuvo que modificar su recorrdio debido a las obras que se llevan a cabo en la calle San Vicente. Con esa pequeña variación y la inclusión de la Catedral y el Te Deum en el programa, la Senyera seguía los pasos habituales.

A las 12:00 horas salía del Ayuntamiento entre aplausos y manteniéndose siempre erguida, sin inclinarse ante nadie. Recorría las calles de la ciudad hasta el Parterre, donde se ha celebrado la traidicional ofrenda floral ante la estatua del Rey Juame I en un solemne silencio. Allí estaba la comitiva formada por los miembros del Consell, del Gobierno municipal, representantes de todos los grupos y el presidente del Senado, Pedro Rollán.

Al finalizar, volvían a sonar los himnos y se daba de nuevo un fuerte aplauso a la Senyera. Después, la Procesión Cívica reanudaba su paso ya por el recorrido habitual hasta el Ayuntamiento y volvía a ascender hasta el balcón para regresar a su lugar en la casa de todos los valencianos.

Posteriormente, se cerraba el acto con la mascletà, dirigida por Pirotecnia Martí.